Odontólogos: “Zapatero a tus zapatos”

A lo largo de los años he estado hablando con odontólogos con su propia consulta, y todos están de acuerdo en la soledad que a menudo e inevitablemente sienten. A diferencia de otros especialistas, que cuando trabajan en grandes hospitales pueden consultar o contrastar posibles planes de tratamiento, los dentistas con su propia clínica están solos.

      Una forma de minimizar esta realidad es contar con un equipo que, desde las diferentes áreas (recepción, asistente de box, higienista, laboratorio…) cuenten con la máxima cualificación técnica y humana, para que el odontólogo pueda dedicarse a su objetivo y principal reto: dar a los pacientes el mejor tratamiento posible. Cuando todo está bien organizado, con las personas adecuadas, el profesional puede descansar.

La pregunta es: ¿cómo se consigue un equipo de personas comprometidas y altamente cualificadas?

¿Dónde están? ¿Cómo se realiza este proceso?

Todos sabemos que lo más caro de una empresa es el personal, más allá del coste salarial, nos referimos al tiempo necesario para formar e integrar a un nuevo trabajador en un equipo que tiene sus dinámicas, reglas, valores, etc. ya establecidos. Esta nueva incorporación requerirá un esfuerzo por parte de todo el equipo, y siempre se vive como un fracaso, cuando después de unos meses la cosa no funciona, es decir: la persona no da la talla. Hemos escuchado demasiadas veces comentarios como “Esta persona parecía más inteligente…”, o “No está muy comprometida, porque mira el reloj cuando llega la hora de salida”, o bien  “Es muy individualista, va a suya…

      Aquí es donde comienza la pesadilla: intentos de resolver los conflictos que aparecen, frustración porque no lo conseguimos, un mal ambiente generalizado que los pacientes sin duda captan, preocupación y estrés que puede llevar a problemas de salud e incluso bajas por enfermedad.

      Uno de los indicadores más claros de una mala gestión de los procesos de contratación es la elevada rotación del personal. ¿Por qué sucede esto?

      La solución pasa por delegar en un especialista en Selección, que para encontrar a la persona que se necesita tiene en cuenta muchos factores y sobre todo la personalidad de cada clínica, el “Cómo eres” para afinar al máximo.

      El primer paso en un proceso de selección es una reunión con el jefe de la clínica para definir muy bien el perfil de la persona que necesita y conocernos mejor. Tenemos que captar la personalidad del centro, para que la persona que seleccionamos encaje y se sienta cómoda haciendo su trabajo.

      Luego publicamos el perfil en sitios especializados para tener más respuesta, cuantas más personas veamos más podremos elegir y hacer una mejor selección.

       Un técnico especializado en selección, busca los currículums que cumplan con los requisitos solicitados por el odontólogo y estas personas inician el proceso de selección.

      Inicialmente, se realiza una primera entrevista curricular, para valorar la consistencia del CV y entender todo lo que se explica y una prueba de personalidad intrínseca, para saber cómo es esta persona en su entorno familiar y de amigos.

      Los candidatos que pasan esta primera fase, hacen una segunda entrevista para valorar las competencias y el resto de pruebas psicológicas. A todos se les pasa un test de inteligencia para saber que la persona está dentro de unos parámetros normales, otra prueba de personalidad centrada en el trabajo (como es, esta persona en su lugar de trabajo), un test de valores personales que define las preferencias en el trabajo (si valoran el orden, si necesitan objetivos , si es independiente o necesita supervisión, etc.) y luego se realizan pruebas específicas ya dependiendo del lugar a cubrir y las tareas a realizar.

      De todo este proceso al final elegimos a 3 personas, hacemos los informes donde explicamos el CV y el resultado de las pruebas realizadas y las entrevistas, y  quedamos un día en la clínica para presentar.

      En la presentación de candidatos estamos presentes para explicar entes de cada entrevista el informe y por qué creemos que la persona puede encajar bien en el lugar de trabajo. Las personas que presentamos, todos pueden hacer el trabajo a la perfección, pero al final hay que ver con cuales hay más afinidad por empatía, carácter, experiencias etc.

      Si tienes dudas a la hora de elegir, que suele ser habitual, podemos montar una segunda entrevista con los candidatos otro día en la que ya no estemos presentes.

      Cuando ya sabe con quién se queda, coordinamos todo y proporcionamos los datos para que su gestoría haga el contrato y en este punto nuestro trabajo estará terminado.

      A partir del día en que el candidato elegido comienza a trabajar, damos una garantía que cubre todo de 1 a 6 meses dependiendo de la responsabilidad del puesto de trabajo.

      Todo este trabajo hace que el proceso sea preciso y que las posibilidades de que nos equivoquemos sean menores.

      El activo más fuerte de una empresa son las personas que trabajan allí y es importante invertir recursos en ello. Si la plantilla es cualificada y está motivada, hace que revierta en los pacientes y regresen a nuestra consulta.

La inversión en un proceso de selección se amortiza a muy corto plazo. Vale la pena dejar los temas de recursos humanos en manos de técnicos especializados, en LINX CONSULTING podemos ayudarte.

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